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Tamaño: 13 x 3 cm aprox
Origen: Argentina
Este producto no tiene devolución
Tu vara viene con:
El ónix verde es una mezcla natural de varios minerales (ágatas, calcedonias, cuarzos, carnelianas). Cada vara es única, con vetas y paisajes distintos. No hay una igual a otra.
Cultiva el autocuidado, dedicarnos tiempo, la compasión y la paciencia a nuestros procesos, ritmos y montañas rusas e invitarnos a la calma orgánica para estar en escucha de lo que va a aconteciendo en cada instante
El verde está relacionado al chakra corazón, a nuestra verdad. Por eso nos trae el pulso de vida, el latir. Expansión y contracción, tanto para nuestra vulvavagina como toda nuestra corporalidad.
Más allá de su belleza, esta herramienta es una invitación a volver al cuerpo:
Podríamos intentar plasmar tres columnas como base de esta práctica:
Por esto arme esta Guía Audiovisual, porque no es sólo un objeto sino un proceso profundamente transformador que podemos exprimirle todo el juego ;) A que suena rico! Si te da curiosidad ya es todo lo que necesitas!!! Curiosidad e inocencia son las llaves para adentrarnos a nuestra genuina sexualidad
Las varas nos invitan a:
También podés trabajar zonas específicas del cuerpo:
Está todo pensado para que no te quedes sola con el objeto. Vas a tener un recorrido guiado, paso a paso, para ir entrando de a poco y desde el cuerpo.
Porque el placer también se aprende y se practica.
Porque nadie puede decirte desde afuera cómo se siente tu cuerpo.
Porque cuando nos damos el permiso de probar, algo empieza a moverse.
El placer sutil y consciente, como un toque sagrado, nos borra los bordes, los límites y las fronteras corporales y psíquicas que muchas veces nos tienen apresadas.
Esta herramienta no es solo para lo genital. Es para llevar el placer al cuerpo entero, como un masajeador que va más allá de la genitalidad. La forma fálica no tiene que ver con un modelo a imitar, sino con una geometría que permite entrar en contacto, tocar profundo, abrir, explorar desde otro lugar.
Cada cuerpo es único, cada recorrido también.
Explorar con respeto, curiosidad y presencia es parte de una práctica viva, sin fórmulas.
Si hay ganas y hay cuerpo... ya está todo para empezar.
$65.000,00
6 cuotas sin interés de $10.833,33
Descuento pagando por transferencia bancaria ó efectivo
Tamaño: 13 x 3 cm aprox
Origen: Argentina
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El ónix verde es una mezcla natural de varios minerales (ágatas, calcedonias, cuarzos, carnelianas). Cada vara es única, con vetas y paisajes distintos. No hay una igual a otra.
Cultiva el autocuidado, dedicarnos tiempo, la compasión y la paciencia a nuestros procesos, ritmos y montañas rusas e invitarnos a la calma orgánica para estar en escucha de lo que va a aconteciendo en cada instante
El verde está relacionado al chakra corazón, a nuestra verdad. Por eso nos trae el pulso de vida, el latir. Expansión y contracción, tanto para nuestra vulvavagina como toda nuestra corporalidad.
Más allá de su belleza, esta herramienta es una invitación a volver al cuerpo:
Podríamos intentar plasmar tres columnas como base de esta práctica:
Por esto arme esta Guía Audiovisual, porque no es sólo un objeto sino un proceso profundamente transformador que podemos exprimirle todo el juego ;) A que suena rico! Si te da curiosidad ya es todo lo que necesitas!!! Curiosidad e inocencia son las llaves para adentrarnos a nuestra genuina sexualidad
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También podés trabajar zonas específicas del cuerpo:
Está todo pensado para que no te quedes sola con el objeto. Vas a tener un recorrido guiado, paso a paso, para ir entrando de a poco y desde el cuerpo.
Porque el placer también se aprende y se practica.
Porque nadie puede decirte desde afuera cómo se siente tu cuerpo.
Porque cuando nos damos el permiso de probar, algo empieza a moverse.
El placer sutil y consciente, como un toque sagrado, nos borra los bordes, los límites y las fronteras corporales y psíquicas que muchas veces nos tienen apresadas.
Esta herramienta no es solo para lo genital. Es para llevar el placer al cuerpo entero, como un masajeador que va más allá de la genitalidad. La forma fálica no tiene que ver con un modelo a imitar, sino con una geometría que permite entrar en contacto, tocar profundo, abrir, explorar desde otro lugar.
Cada cuerpo es único, cada recorrido también.
Explorar con respeto, curiosidad y presencia es parte de una práctica viva, sin fórmulas.
Si hay ganas y hay cuerpo... ya está todo para empezar.